Spanish: ¡Cava! (Dig)

¡Cava!

Translation by Diego Olavarría S

 

 

 

 

“¡Cava!…” ordena mamá… “¡Que caves!”

Estamos de rodillas en el jardín de mis padres, de noche, cavando en busca del cuerpo de papá.

“Aquí debe estar. Créelo, créeme” me dice. “Shhhhh…” se paraliza, los ojos alertas, sin mirar nada, asustada por algo que no logro ver ni escuchar. Me escudriña como buscando una confirmación.

“¿Y si volvemos adentro?” le pregunto.

“Llama a la policía, pero rápido,” me susurra. “Ya volvieron.”

Saco mi teléfono del bolsillo y hago como que marco. “¿Bueno?… sí… llamo para reportar un asesinato…,” digo.

El silencio se rompe con el crujido de una barda que nunca reparé. El viento la dobla, y la barda se estrella contra el arroyo que corre a un lado de la casa.

“Déjame hablar con ellos, por el amor de Dios…” me dice, y estira su mano para quitarme el teléfono.

“No, tú sigue cavando… tenemos poco tiempo,” le insisto. Ella cava con un tenedor y una cuchara. De no ser por las sombras que le dan una expresión siniestra a su rostro, creo que la escena sería graciosa.

“Sí… así es…”, digo al teléfono, y menciono mi dirección. Me pregunto cuánto tiempo pasará hasta que ella lo olvide y podamos regresar . Repito la historia que mi madre cuenta, lo mejor posible, sobre aquellos hombres que vinieron por papá. Dicen que hizo cosas terribles.

“Pero no les digas todo, maldita sea. Ay Dios mío, ¿pero acaso no sabes hacer nada bien?”. Entonces me arrebata el teléfono. “¿Bueno?”

Nuestros ojos se encuentran.

“Colgaron,” le digo. Intento tomarla del brazo pero ella se aleja de mí. “Pero ya vienen en camino. Te lo juro.”

“¿Quién?” me pregunta.

“La policía,” le digo.

“No les llamaste, ¿verdad?” me dice, con la respiración agitada. “¿Ahora qué vamos a hacer? Se van a enterar de todo. Van a arrestar a tu papá. ¿Por qué demonios harías eso? ¿Por qué?”

“¿Pero de qué se van a enterar, mamá?” No sé cuánto tiempo más puedo hacer esto. Estoy cansado. Harto.

“Nada… Nada,” me dice ella. Me mira con ojos despiertos pero desorientados. A veces pienso que daría lo que fuera por entrar ahí. Por tocarla. Por sacarla de ahí.

Pero hoy no lo pienso.

“Hay personas horribles en este mundo,” dice, finalmente. “Personas que lastiman a los niños.”

Yo espero.

“Y yo los mataría,” me dice, “…si por un momento se me ocurriera que alguien le hizo eso a hijo. Yo los mataría hasta dejarlos fríos. Con mis propias manos.” Y me enseña sus manos, deformadas por el lodo. “Malditos bastardos. Habría que castrarlos. Por tocar así a los niños…” dice, entre sollozos.

Miro a mi madre. Una lágrima baja de su rostro hasta caer en la tumba imaginaria de mi padre.

La saliva me sabe amarga. Ahora lo entiendo: mi madre siempre lo supo y no hizo nada.

Siento por primera vez el frío.

“Vamos, tenemos que recoger a tu padre. Ya sabes que le choca esperar.”

“Mi papá no…” le digo. “Estás confundida, mamá. Papá está muerto.”

Es la primera vez que escucha la noticia, y su cuerpo se aplasta como una lata de refresco entre dos manos. Su dolor me aflige. Siento que la culpa me susurra, pero no hago nada: estoy muy cansado y tengo un zumbido en la cabeza.

“Hay que volver adentro,” le digo.

Le ayudo a levantarse. Se sostiene de mí. Atravesamos el lodo. Tenemos la ropa toda embarrada. Tendré que bañarla, volveré a mirar su desnudez vetusta.

Aparece un recuadro de luz en la noche. Es la ventana de la alcoba de los vecinos de mi madre. De pronto se revela el contorno de un cuerpo. El rayo de luz de una linterna me pega en la cara. Saludo al vecino con la mano. Él me ondea la suya. Aparece su esposa y hace lo mismo. Dos siluetas tristísimas. Cómo la extrañan. Eran buenos vecinos, muy leales. La conocían bien y en verdad la querían mucho, a esta mujer que alguna vez fue mi madre.

Translation by Diego Olavarría S

This flash fiction Dig first appeared, in English, in Unbraiding the short story – an anthology of the authors attending The 13th International Conference on the Short Story which I attended in Vienna, in 2014.

This translation was made possible by The British Council and The British Council Mexico who translated this piece as part of my trip to Mexico in 2015.